Francis Joel Smith nació con el síndrome de Treacher-Collins, una rara enfermedad genética que provoca graves deformidades faciales. Sin orejas, cuencas oculares ni pómulos, fue abandonado por sus padres biológicos poco después de nacer. A pesar del sombrío pronóstico, Francis superó los obstáculos más inverosímiles y hoy, a sus 42 años, es doctor en ciencias craneofaciales y un ejemplo de superación.
Tras pasar tres años en un orfanato, fue adoptado por una familia cariñosa. En la infancia sufrió acoso escolar por su aspecto. “Sólo mi familia y mi fe en Dios me sostuvieron”, dijo Francis en una entrevista con CBS Colorado.
A pesar de la adversidad, encontró la fuerza para seguir adelante. De adolescente, se rodeó de amigos y profesores que creían en su potencial. Apasionado de la música, aprendió a tocar el violonchelo y el violín, y aceleró su formación académica con sobresaliente.
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Desafiando las expectativas médicas y sociales, Francis se hizo doctor en ciencias craneofaciales. Hoy, además de trabajar en este campo, comparte la historia de su vida como forma de inspiración. “Puede que en el pasado pensara de otra manera, pero ahora lo sé: estoy aquí con un propósito”, afirma.