Fractura en el Mercosur durante la Cumbre de Jefes de Estado en Foz do Iguaçu (Foto: Instagram)
Durante la 67ª Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur, celebrada en Foz do Iguaçu (Brasil), varios países del bloque firmaron una declaración conjunta en la que condenan al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, exigiendo el restablecimiento pleno del orden democrático en el país caribeño. Sin embargo, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y su homólogo de Uruguay, Yamandú Orsi, optaron por no firmar el documento, lo que evidenció una fractura dentro del bloque.
El comunicado fue suscrito por los presidentes de Argentina, Javier Milei; Paraguay, Santiago Peña; y Panamá, José Raúl Mulino, junto con las delegaciones de Bolivia, Ecuador y Perú. En él, los firmantes expresan su "grave preocupación" por la crisis migratoria, humanitaria y social que atraviesa Venezuela, país que permanece suspendido del Mercosur desde enero de 2024. Acusan al gobierno de Maduro de manipular las elecciones y de no presentar las actas originales que avalarían su reelección.
El texto insta a las autoridades venezolanas a respetar los estándares internacionales de derechos humanos, liberar a los presos políticos y garantizar el debido proceso legal y la integridad física de los ciudadanos. Asimismo, se aboga por una solución pacífica para restablecer la democracia y el respeto a los derechos humanos en Venezuela.
La división dentro del bloque se hizo aún más evidente cuando Javier Milei respaldó públicamente las acciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra el régimen de Maduro. Esta declaración se produjo poco después de que Lula criticara la presencia militar estadounidense en la región, advirtiendo que una intervención podría desestabilizar América Latina.
La postura de Lula refleja su preocupación por evitar una escalada de tensiones en la región, mientras que otros líderes del bloque parecen dispuestos a adoptar una línea más dura contra el gobierno venezolano. La situación en Venezuela continúa siendo un punto de fricción clave en la política regional sudamericana.
