
Tensiones renovadas en la frontera entre Tailandia y Camboya, tras nuevos enfrentamientos que reavivan un conflicto histórico. (Foto: Instagram)
La frontera entre Tailandia y Camboya vuelve a ser escenario de intensos enfrentamientos armados. El lunes 8 de diciembre, ataques aéreos por parte de Tailandia en las provincias fronterizas de Preah Vihear y Oddar Meanchey provocaron la muerte de un soldado tailandés y cuatro civiles camboyanos, además de al menos 18 heridos entre ambos bandos. Los enfrentamientos comenzaron el domingo y se intensificaron durante la noche, lo que obligó a la evacuación urgente de unas 35.000 personas en Tailandia y más de mil familias en Camboya.
El conflicto tiene raíces históricas en la delimitación territorial realizada por Francia durante la época colonial, afectando especialmente a zonas como el templo de Preah Vihear, declarado patrimonio mundial por la Unesco. Aunque el Ejército tailandés asegura que sus ataques aéreos fueron de precisión y dirigidos exclusivamente a objetivos militares, el saldo de víctimas civiles ha generado preocupación internacional.
Estos nuevos choques se producen menos de dos meses después de un acuerdo de alto el fuego firmado el 26 de octubre en Kuala Lumpur, Malasia, bajo la mediación del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien calificó el pacto como “histórico”. El acuerdo pretendía poner fin a cinco días de combates en julio que dejaron 43 muertos y provocaron el desplazamiento de unas 300.000 personas. Sin embargo, fue suspendido por Tailandia en noviembre tras la explosión de una mina terrestre que hirió a cuatro de sus soldados.
El primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, actual presidente de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), ha instado a ambas partes a ejercer “máxima contención”. No obstante, las tensiones siguen en aumento, con acusaciones cruzadas: Tailandia acusa a Camboya de colocar nuevas minas, mientras que Phnom Penh insiste en su compromiso con el cese al fuego.
La situación humanitaria se agrava con cada nuevo enfrentamiento, mientras los residentes de las zonas fronterizas viven bajo constante amenaza y temor, muchos de ellos obligados a abandonar sus hogares por segunda vez en pocos meses.


