Paula Hudgell, reconocida en el Reino Unido por su labor en la protección infantil tras adoptar al pequeño Tony Hudgell —víctima de violencia extrema por parte de sus padres biológicos— enfrenta ahora una batalla personal contra el cáncer.
Desde que en 2016 ella y su marido, Mark, se convirtieron en los padres legales de Tony, Paula se ha destacado como una figura clave en la lucha contra el abuso infantil. Su labor le valió la concesión de la Orden del Imperio Británico en 2022.
Sin embargo, su historia tomó un giro dramático cuando comenzó a presentar síntomas persistentes de salud que fueron desestimados por profesionales médicos en al menos 14 ocasiones. Según relató al diario británico The Mirror, durante años los médicos atribuyeron sus molestias a una supuesta síndrome del intestino irritable, pese a sus reiteradas visitas y síntomas que incluían episodios alternos de diarrea y estreñimiento.
Impulsada por campañas de concienciación sobre el cáncer colorrectal, Paula insistió en someterse a un análisis de heces específico. El resultado confirmó sus sospechas: presentaba altos niveles de marcadores tumorales. Poco después, recibió el diagnóstico de un cáncer intestinal en fase 4, considerado terminal, tras una breve mejoría y posterior recaída.
A pesar del pronóstico, Paula no se rinde. Los médicos han planificado una cirugía extensa que implicará abrir su cuerpo desde el esternón hasta la pelvis, retirar el revestimiento del estómago y aplicar quimioterapia directa durante aproximadamente una hora. “Si eso me da más tiempo con Tony, vale la pena”, declaró con determinación.
La entereza de Paula ha conmovido a muchas personas. Su historia es un testimonio de coraje, tanto en su papel como madre y activista, como en su actual lucha por la vida.
