En una maniobra desesperada para consolidar su poder, el dictador comunista Nicolás Maduro entregó fusiles de fabricación rusa a civiles leales al régimen durante un sombrío acto en Caracas. Miembros de la temida «Milicia Bolivariana», una fuerza armada sin formación militar, recibieron el martes 7 armamento pesado, como el temido Kalashnikov y fusiles soviéticos de la época de la Alemania del Este.
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La ceremonia tuvo lugar en el Palacio Presidencial de Miraflores, horas antes de la falsa toma de posesión de Maduro para un tercer mandato, en un contexto de creciente tensión política. Mientras el país se prepara para masivas protestas convocadas por la líder opositora María Corina Machado, que aboga por reconocer la victoria de Edmundo González Urrutia, ahora en el exilio, Maduro sigue fingiendo que ganó las elecciones y desafiando a la comunidad internacional.
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La situación en Venezuela está fuera de control, con los llamados «colectivos» chavistas, delincuentes al servicio del régimen, patrullando las calles, y Diosdado Cabello, ministro del Interior, prometiendo «mano dura» contra cualquier manifestación contra el dictador. El país se encuentra en un auténtico estado de excepción.
