La administración Trump no se anda con juegos. En un movimiento audaz y sorprendente, Estados Unidos está diseñando una estrategia devastadora para derrocar a Nicolás Maduro sin recurrir al uso de la fuerza militar. Según fuentes confidenciales reveladas por el diario Axios, la Casa Blanca sueña con ver a Maduro seguir el mismo camino que Bashar al-Assad, el ex dictador sirio depuesto el año pasado, pero de una manera mucho más sofisticada.
Los asesores militares de Trump garantizan que el cambio de régimen no requerirá una intervención militar directa, y ni siquiera eso se considera un obstáculo. “No nos importaría en absoluto ver a Maduro siendo vecino de Assad en Moscú”, reveló uno de los asesores. El impacto de la caída del régimen chavista sería enorme, no sólo para Venezuela, sino para todo el mundo, ya que el país representa una amenaza creciente para EEUU, especialmente con el éxodo de más de 8 millones de venezolanos y la expansión del narcotráfico.
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Es más, Maduro no es sólo un dictador, es un criminal que amañó las elecciones y dio otro golpe de Estado al reelegirse ilegalmente.
