A los 11 años, Lily Born ideó una solución para ayudar a su abuelo, quien padecía Parkinson y tenía dificultades para usar tazas convencionales. Así nació la Kangaroo Cup, una taza con tres patas que ofrecía mayor estabilidad y evitaba derrames. Lo que comenzó como un gesto familiar se transformó, diez años después, en un negocio millonario. Actualmente, Lily, con 21 años, dirige la empresa Imagiroo, encargada de la producción y comercialización del producto.
El diseño inicial llamó la atención y fue financiado colectivamente a través de plataformas como Kickstarter e Indiegogo. La campaña recaudó fondos suficientes para lanzar miles de unidades, primero en plástico y luego en cerámica. Con el tiempo, la Kangaroo Cup fue perfeccionada: se añadieron asas más firmes, patas más resistentes y nuevos materiales. Esto amplió su uso a niños, adultos y personas con movilidad reducida.
Lily ha seguido innovando y recientemente lanzó una versión inquebrantable de plástico, pensada para un público más amplio. “Será útil no solo para personas con problemas de movilidad, sino también para quienes simplemente quieren una taza mejor”, comentó en una entrevista.
Hoy en día, la Kangaroo Cup se vende en diferentes modelos a través del sitio oficial de Imagiroo y se ha convertido en un referente de accesibilidad. Lily combina su rol empresarial con su pasión por el diseño, la actuación y la música. En su perfil de LinkedIn, destaca su interés por la creación de prototipos, el marketing y la mejora de productos que simplifican la vida cotidiana.
Aunque no se especifica el monto exacto de ingresos, el término “negocio millonario” sugiere que la empresa ha superado el millón de dólares en ventas, lo que equivaldría a más de 920.000 euros al cambio actual.
