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Con una esperanza de vida inferior a los 30 años, una estadounidense con fibrosis quística desafía a la medicina y se convierte en madre de gemelos

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Morgan Barrett, de 33 años, fue diagnosticada con fibrosis quística a los 7 años, tras años de sufrir tos persistente y dificultad para ganar peso. La enfermedad, que también se detectó en sus dos hermanos, se consideraba grave y limitaba la esperanza de vida. En aquel momento, los médicos le dijeron que difícilmente llegaría a los 30 años.

++ La madre de tres hijos pensaba que solo sentía los dolores del embarazo, pero llevaba cinco años viviendo con un cáncer terminal 

“Recuerdo estar en la clínica del hospital con una bolsa de plástico enrollada en el brazo mientras esperaban para recoger suficiente sudor para la prueba”, contó en una entrevista a People. La confirmación del diagnóstico llevó a una intensa rutina de tratamientos, con el uso de chalecos vibratorios, inhaladores, enzimas digestivas y medicamentos como el ursodiol.

Durante su infancia y adolescencia, Morgan tuvo que lidiar no solo con los efectos de la enfermedad, sino también con el impacto emocional de ser tratada como alguien contagioso. “Mi tos crónica era increíblemente frustrante, no solo físicamente, sino porque hacía que la gente me tratara como si fuera contagiosa”, relató.

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A los 22 años, su función pulmonar disminuyó por primera vez y sintió que su salud podría deteriorarse. Fue a partir de ese momento que decidió dedicarse más al autocuidado. “Me asusté mucho. Pensé que eso era todo, que empezaría a empeorar y nunca me recuperaría”, dijo.

Correr pasó a formar parte de su rutina. Corría entre tres y seis kilómetros, cuatro o cinco veces por semana, y combinaba esta actividad con otros tratamientos para mantener su función pulmonar.

En 2019, Morgan comenzó a tomar Trikafta, un medicamento recientemente aprobado para la fibrosis quística. Dos meses después, quedó embarazada de gemelos. “Todo eso me tomó por sorpresa y me costó comprender lo drásticamente que mi vida estaba a punto de cambiar”, afirmó.

Durante el embarazo, tuvo que controlar una afección hepática y aumentar la dosis de ursodiol, pero llevó el embarazo a término. Hoy afirma que la maternidad ha cambiado por completo su perspectiva de la vida. “Me encanta ser madre de mis hijos, existen los retos habituales de la crianza, pero estoy muy agradecida de que mi salud sea tan estable que ni siquiera es un factor en nuestro día a día. Tomo mis medicamentos y listo”, dijo.

A pesar de las incertidumbres sobre el futuro y sobre cuánto tiempo vivirá, se mantiene centrada en el presente. “Espero ver a mis hijos crecer y convertirse en adultos, formar sus propias familias o lo que decidan que será su vida adulta; pero, por ahora, estoy muy agradecida de poder casarme con mi mejor amigo y criar a dos pequeños seres humanos verdaderamente increíbles”, declaró.

Actualmente, Morgan comparte su historia en las redes sociales. Los vídeos sobre su experiencia con la fibrosis quística se han vuelto virales y han emocionado a profesionales de la salud y familias. “Casi siempre que comparto públicamente mi vida con la FQ, alguien se pone en contacto conmigo. Por lo general, me dicen que les he dado esperanza para sus hijos”, concluyó.

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