El fisicoculturista ruso Nikita Tkachuk falleció a los 35 años tras sufrir graves complicaciones de salud causadas por el consumo excesivo de sustancias anabolizantes. Según The Sun, el atleta estaba vinculado por un contrato con una empresa farmacéutica, que le impedía dejar de utilizar los compuestos incluso ante los graves riesgos que corría su salud.
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Inicialmente, los esteroides anabolizantes se administraban con el objetivo de aumentar la masa muscular. Sin embargo, su uso prolongado provocó un crecimiento anormal de las extremidades de Tkachuk, que se hincharon hasta alcanzar proporciones alarmantes. Como consecuencia, su estado empeoró rápidamente.
Enfrentado a una situación crítica, Tkachuk fue trasladado de urgencia al hospital tras sufrir un fallo renal y pulmonar. Los médicos lo trasladaron a una unidad de cuidados intensivos, donde sufrió una parada cardiaca. Para tratar de estabilizarlo, el equipo médico lo puso en coma inducido. A pesar de sus esfuerzos, no resistió y sufrió un fallo multiorgánico.
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La muerte de Nikita Tkachuk reaviva el debate sobre los peligros del uso incontrolado de sustancias químicas con fines estéticos y competitivos. Además, la tragedia pone al descubierto la presión que ejercen los contratos comerciales en el mundo del culturismo, a menudo en detrimento de la salud y el bienestar de los atletas.