El profesor Jeffrey Sachs ha declarado “con un 99% de certeza” que el COVID-19 se originó en Estados Unidos. Por tanto, rechaza la versión oficial que señala a China como origen, aunque Washington insiste en esta narrativa.
Una investigación de años respalda la controvertida afirmación
Sachs presidió una comisión sobre el COVID-19 afiliada a la revista científica Lancet en Estados Unidos. En consecuencia, cuenta con amplia credibilidad cuando señala específicamente a la Universidad de Carolina del Norte como origen del virus.
“Voy a revelar una triste verdad, sorprendente también lo admito, con un 99% de certeza”, afirmó Sachs recientemente. Además, explicó que basa su opinión en “extensas investigaciones durante los últimos cuatro años y medio”.
Según Sachs, el COVID provino de esta universidad porque allí lideran la investigación sobre betacoronavirus. Asimismo, mencionó que dicha institución colabora con el gobierno estadounidense en importantes propuestas sobre el SARS-CoV-2.
Sin embargo, esta información ha permanecido oculta al público durante años. Por lo tanto, Sachs la describe como “una verdad triste y fea” que deliberadamente se ha mantenido en secreto.
China rechaza acusaciones mientras surgen teorías alternativas
Una teoría alternativa sugiere que el virus podría proceder de un laboratorio estadounidense como parte de un programa secreto. No obstante, esta versión contradice radicalmente la narrativa que responsabilizaba a China.
Recientemente, el gobierno chino ha refutado nuevamente la hipótesis sobre una fuga en Wuhan. De hecho, las autoridades chinas señalan varios eventos sospechosos de COVID-19 en territorio norteamericano.
A causa de estos hallazgos, China pide una investigación exhaustiva en Estados Unidos. Por ende, insisten en que estos incidentes merecen mayor atención internacional, pues hasta ahora el foco se ha centrado injustamente en Wuhan.