En un giro político sin precedentes, Alternativa para Alemania (AfD), el partido de ultraderecha alemán, se consolida como la segunda mayor fuerza en el Bundestag tras las elecciones federales anticipadas del 23 de febrero. Con un 19,5% de los votos, la formación casi duplica su desempeño en comparación con los comicios de 2021, según los primeros sondeos.
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Este avance ha permitido a la AfD superar a los socialdemócratas del SPD y a Los Verdes, dos de los partidos que forman parte del actual gobierno liderado por Olaf Scholz. Sin embargo, la CDU de Friedrich Merz sigue siendo la fuerza más votada y se perfila para liderar el próximo gobierno.
Un crecimiento sin acceso al poder
A pesar de su ascenso electoral, la AfD sigue encontrándose aislada políticamente. Todos los partidos tradicionales han descartado cualquier alianza con la formación ultraderechista, lo que dificulta su acceso al gobierno.
El mayor desafío para la AfD es el “cordón sanitario” que le han impuesto las demás fuerzas políticas. Su única posibilidad de influir en el poder sería que la CDU rompiera este aislamiento y considerara una coalición con ellos, algo que, por ahora, Merz ha descartado categóricamente.
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Este fenómeno no es nuevo: la AfD ha crecido en comicios regionales, pero no ha logrado formar gobiernos locales debido a pactos entre otros partidos.
Radicalización y controversias
Nacida en 2013 como un partido euroescéptico de orientación liberal, la AfD ha girado hacia la ultraderecha en los últimos años, consolidándose como un partido marcadamente antiinmigración. En varias ocasiones, se le ha acusado de mantener vínculos con grupos neonazis y de albergar miembros considerados extremistas.
A nivel internacional, la AfD ha recibido respaldos polémicos. Elon Musk y el vicepresidente de EE.UU., J.D. Vance, expresaron su apoyo a la formación durante la campaña, lo que generó acusaciones de injerencia extranjera. Musk, en particular, ha elogiado públicamente al partido, afirmando que “solo la AfD puede salvar a Alemania”.
Además, la formación ha sido señalada por supuestos vínculos con Rusia y China. En 2024, un diputado de la AfD fue acusado de recibir financiamiento ruso y un asesor del partido fue detenido por presunto espionaje a favor del gobierno chino.
El futuro de la AfD
Aunque su crecimiento es innegable, la AfD sigue sin lograr romper su aislamiento en la política alemana. Si la CDU y los demás partidos mantienen su rechazo a pactar con la formación, su influencia seguirá limitada, a pesar de su creciente base de votantes.


