Leanne Henshaw, de 43 años, dio a luz en casa sin saber que estaba embarazada. La británica, residente en Liverpool, sintió dolores abdominales de madrugada y creyó que tenía dolores menstruales. Minutos después, se dio cuenta de que estaba de parto.
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“Ni siquiera pensé en lo que estaba pasando hasta que miré hacia abajo y vi una cabeza. Empecé a gritar a Paul, diciéndole que iba a tener un bebé”, declaró a The Mirror.
El parto tuvo lugar en octubre del año pasado. Oliver nació con un peso de 3,6 kg y contó con el apoyo del marido de Leanne, Paul, de 47 años, y de su hija Lilly, de 18. “Paul se puso en modo automático y reaccionó de la única forma que sabía, cogiendo al bebé y sosteniéndolo contra su pecho hasta que llegó la ambulancia”, relató Leanne.
La británica aseguró que no tenía síntomas de embarazo. “No había barriga, náuseas ni aumento de peso, y seguía teniendo la regla. Llevaba 16 años poniéndome inyecciones anticonceptivas cada tres años y me faltaba muy poco para la siguiente”, explicó.
Durante su embarazo, Leanne viajó a África y participó en diversas actividades, sin sospechar que estaba embarazada. “Iba en bikini y no teníamos ni idea de que estaba embarazada. Mi madre había estado en Cracovia tres semanas antes caminando 30.000 pasos al día”, dijo Lilly.
Lilly estaba dormida cuando oyó los gritos de su madre y corrió al baño. “No esperaba ver a mi padre cubierto de sangre de pies a cabeza y con un bebé en brazos. El cuarto de baño parecía la escena de un crimen. Mi madre estuvo tres días en estado de shock, pero se portó estupendamente. Aunque ha tenido tres hijos, dijo que no tenía ni idea de que estaba de parto hasta que vio la cabeza de Oliver”, contó.
Paul llamó a la ambulancia y madre e hijo fueron trasladados al hospital. Seis horas después volvieron a casa. Como no había preparativos para la llegada del bebé, amigos y familiares organizaron una canastilla. “Tiene ropa suficiente para que le dure hasta que cumpla un año. Todo el mundo ha sido increíble, pero al principio la gente no nos creía”, explicó.
El caso sorprendió a los familiares. “Mi padre me dijo que llamara a mi abuela, y ella me dijo que nunca la llamara a las 4 de la mañana intentando gastarle una broma y colgó el teléfono”, dijo Lilly.
Leanne afirmó que la llegada de Oliver ha aportado una nueva dinámica a la familia: “Ahora, con Oliver, es la vida más increíble. Nos sentimos realmente vivos. Nos mantiene jóvenes y, como mis otros hijos son mayores, tenemos mucho tiempo para él. Es una experiencia increíble”.
Lilly también destacó el cambio que ha supuesto su hermano. “Como mis hermanas y yo somos mayores, no celebramos mucho las Navidades, pero este año ha sido mágico porque hemos tenido a Oliver. Le queremos mucho y mi padre por fin tuvo a su pequeño después de 26 años”, concluyó.



