En 2017, Chloe Ayling, una modelo británica de 20 años, viajó a Milán, Italia, con la expectativa de participar en una sesión de fotos profesional. El contacto fue hecho por un supuesto fotógrafo, Andre Lazio, a través del agente de Chloe. Sin embargo, al llegar al lugar acordado, fue drogada y secuestrada por un hombre que se hacía llamar “MD”, miembro de una organización criminal conocida como “La Muerte Negra”.
El plan de los criminales era subastarla como esclava en la dark web por 300.000 dólares, lo que equivale aproximadamente a 275.000 euros. Su agente recibió un correo electrónico con exigencias de rescate, lo que activó una operación conjunta de las autoridades británicas e italianas. Aunque en un principio hubo dudas sobre la autenticidad del secuestro, las pruebas confirmaron su veracidad.
Durante los seis días que estuvo en cautiverio, Chloe adoptó una estrategia clave para su supervivencia: mantener la calma y controlar sus emociones. Este comportamiento generó un impacto psicológico en su captor, Łukasz Herba, quien comenzó a mostrar un interés romántico por ella. Chloe rechazó sus avances con firmeza, pero sin provocar, sugiriendo que podrían hablar de una posible relación tras su liberación, como táctica para mantenerse a salvo.
Finalmente, la presión policial y la manipulación emocional ejercida por Chloe llevaron a Herba a liberarla. Fue llevada al Consulado Británico en Milán, donde rompió el acuerdo de silencio que había hecho con el secuestrador y denunció todo a las autoridades. Herba fue arrestado y condenado por la justicia italiana a 16 años y nueve meses de prisión.
A pesar de la condena, Chloe ha sido blanco de críticas y teorías conspirativas que cuestionan su versión. Aun así, ha defendido públicamente su relato y ha compartido su experiencia en un documental, subrayando la importancia de la psicología en su estrategia de supervivencia.