Bernardo Gomes de Oliveira, un niño de tres años, falleció tras ser picado por un escorpión amarillo que se encontraba oculto dentro de uno de sus zapatos. El trágico suceso ocurrió el domingo 13 de julio en Cambará, en el norte del estado de Paraná, Brasil. Según relataron sus padres, el menor sufrió 33 paradas cardíacas antes de morir, lo que fue confirmado el lunes 15.
La familia se preparaba para salir cuando Bernardo, de forma independiente, cogió un par de zapatillas que estaba secándose sobre una mureta. Al calzarse, fue picado por el escorpión, que se encontraba en uno de los zapatos. El niño salió corriendo y gritando de dolor. El animal fue hallado más tarde bajo una alfombra dentro de la casa.
El padre, Márcio Oliveira, explicó que el vecindario es reciente y está rodeado de terrenos baldíos, lo que facilita la aparición de escorpiones. Ya habían encontrado dos en el jardín el mes anterior.
Bernardo fue llevado al Hospital Municipal de Cambará a las 8:45 h, donde recibió atención inicial. Los médicos indicaron la necesidad de trasladarlo a la Santa Casa de Jacarezinho para la aplicación del suero antiescorpiónico. Sin embargo, la ambulancia equipada tardó en llegar, y el estado del niño empeoró durante la espera, con vómitos y deterioro clínico. La salida hacia el nuevo hospital se produjo a las 10:17 h.
Al llegar a la Santa Casa, la madre, Bianca Gomes, denunció que el hospital no contaba con las seis ampolletas necesarias del antídoto; solo tenían cinco, que le fueron administradas. Posteriormente, Bernardo fue intubado y trasladado en helicóptero al Hospital Universitario de Londrina. La madre llegó más tarde en ambulancia y fue informada por la UCI de que su hijo había ingresado media hora antes, pero no logró sobrevivir.
Bianca describió a su hijo como un niño sano, activo e independiente, y expresó su incredulidad de cómo pudo alcanzar los zapatos, que estaban colocados a más de metro y medio de altura.