En un intercambio diplomático de creciente hostilidad, los representantes del Kremlin lanzaron severas críticas contra el mandatario galo, Emmanuel Macron, tras sus recientes manifestaciones señalando a Rusia como un factor desestabilizador para el continente europeo. Durante una alocución a su nación, Macron caracterizó la situación bélica ucraniana como un enfrentamiento de dimensiones planetarias, identificando a Rusia como una significativa amenaza tanto para la república francesa como para el resto de Europa.
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El presidente francés llegó incluso a proponer la ampliación del paraguas nuclear francés para cubrir al conjunto europeo, iniciativa que ha generado notables inquietudes en el ámbito gubernamental moscovita. Diversos parlamentarios rusos, entre ellos Konstantin Kosachev, desestimaron los planteamientos de Macron calificándolos como peligrosamente desacertados, atribuyéndole la intención de generar alarma injustificada mediante temores desproporcionados sobre supuestas intenciones agresivas rusas.
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La vocera oficial de la cancillería rusa, Maria Zakharova, estableció un paralelismo entre Macron y un personaje voluble dedicado a relatar cuentos fantasiosos, intensificando así su escarnio hacia las contradictorias declaraciones del líder francés. Mientras la crispación internacional continúa intensificándose, Rusia subraya que el auténtico riesgo radica en las interpretaciones erróneas occidentales y alerta que manifestaciones irresponsables podrían conducir a la humanidad hacia un enfrentamiento de consecuencias devastadoras.
