La Corriente Circumpolar Antártica es la corriente oceánica más poderosa del planeta, girando en el sentido de las agujas del reloj alrededor de la Antártida. Con una fuerza cinco veces superior a la de la Corriente del Golfo y más de 400 veces superior a la del río Amazonas, desempeña un papel fundamental en la regulación del clima de la Tierra y en la distribución de agua, calor y nutrientes a todo el planeta.
++ Conoce los países más endeudados del mundo. ¿En qué posición está España?
Sin embargo, la Corriente Circumpolar Antártica se enfrenta a un gran desafío debido al calentamiento global. Las aguas cálidas y frías procedentes del deshielo antártico están diluyendo el agua salada del océano, lo que podría poner en peligro esta corriente vital. Además, investigaciones recientes indican que, debido al calentamiento global, la Corriente Circumpolar Antártica podría volverse un 20% más lenta en 2050, lo que tendrá consecuencias devastadoras para la vida en el planeta.
La Corriente Circumpolar Antártica actúa como un foso natural alrededor del continente helado, ayudando a mantener a raya las aguas cálidas y protegiendo los vulnerables témpanos de hielo. También actúa como barrera contra las especies invasoras, como las algas pardas, y los animales que pueden subirse a la vegetación y propagar las algas mientras flotan hacia el continente. La corriente también desempeña un papel importante en la regulación del clima del planeta.
++ Descubre por qué el cerebro humano se puede estar encogiendo
Las corrientes oceánicas son sensibles a los cambios de temperatura, los niveles de salinidad, los patrones de viento y la extensión del hielo marino. Por este motivo, la Corriente Circumpolar Antártica es vulnerable al cambio climático. Las investigaciones indican que la corriente podría estar abocada a un colapso catastrófico debido al calentamiento global.
El debilitamiento de la Corriente Circumpolar Antártica podría tener consecuencias devastadoras, como:
- Reducción de la biodiversidad y de la productividad pesquera, que afectará a las comunidades costeras.
- Entrada de especies invasoras en la Antártida, que podrían poner en peligro los ecosistemas y la cadena alimentaria local.
- Aumento del deshielo de la Antártida, que contribuirá a la subida del nivel del mar.
- Reducción de la capacidad del océano para regular el cambio climático mediante la absorción del exceso de calor y carbono de la atmósfera.
Las conclusiones presentadas son sombrías, pero el futuro no está predestinado. Los esfuerzos conjuntos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero aún pueden limitar el deshielo en torno a la Antártida. La realización de estudios a largo plazo en el Océano Polar Antártico será clave para controlar con precisión los cambios. Con una acción internacional proactiva y coordinada, es posible combatir y prevenir los efectos del cambio climático en nuestros océanos.