Josué, un bebé de tan solo dos meses, sobrevivió prácticamente ileso después de que un muro de la casa donde vive con su familia en Manaos (Brasil) se desplomara durante la madrugada y cayera directamente sobre su cuna. A pesar del impacto de un bloque de cemento pesado, el pequeño sufrió únicamente un pequeño corte en el dedo meñique.
La historia fue compartida por su madre, la abogada Hyngra Laura Dreyer Carneiro Silva, a través de las redes sociales y en declaraciones a la prensa local. Según relató, el accidente no tuvo consecuencias trágicas gracias a una decisión aparentemente insignificante pero crucial que tomó dos semanas antes: cambiar la posición en la que el bebé dormía, tras una recomendación médica.
“Desde que salió de la maternidad, Josué dormía con la cabecita girada hacia el lado izquierdo. La pediatra me aconsejó que lo colocara del otro lado para mejorar la simetría de su cabeza. Al llegar a casa, guiada por una intuición inexplicable, decidí cambiar completamente su posición”, explicó.
En la noche del accidente, una fuerte tormenta azotaba la ciudad. Josué tenía dificultades para dormir y la familia sólo logró conciliar el sueño hacia la una de la madrugada. Poco después, el estruendo del derrumbe despertó al padre, Tiago, que corrió desesperado al cuarto del bebé.
“Me desperté con los gritos de Tiago: ‘¡Mi hijo, Dios mío, mi hijo!’ Aquellos gritos me hicieron saltar de la cama, desorientada, sin entender qué estaba ocurriendo”, recuerda Hyngra.
Al llegar a la habitación, encontró el bercecito cubierto de escombros. Sin perder tiempo, retiró los trozos de muro con sus propias manos, sufriendo cortes en el proceso. “Josué estaba allí, con los ojitos abiertos. No hizo ni un solo sonido. Lo que vivimos fue un verdadero milagro”, declaró emocionada. “Yo me herí levantando la piedra, pero sobre Josué no le hizo nada”.
Hyngra afirma que ya había notado grietas en el muro, pero nunca imaginó que podría colapsar. Además, denuncia que el terreno colindante estaba abandonado y lleno de basura, lo que podría haber debilitado la estructura y favorecido el derrumbe.
Tras el susto, el bebé fue examinado por profesionales y evaluado por su pediatra. “¡No tiene absolutamente nada! Josué es un milagro”, afirmó la madre. La familia ya ha reconstruido el muro, reforzándolo con bloques de concreto y técnicas de seguridad adicionales.
Aunque el pequeño ha vuelto a dormir en su cuna, el trauma aún persiste. “Después de lo ocurrido, se encendió en mí un miedo constante. Josué durmió una semana en nuestra cama, estábamos emocionalmente desestabilizados. Pero hoy estamos mejor. Él ha vuelto a dormir en su cuna, aunque en un lugar completamente diferente de la habitación”, concluyó.