Shirleni Moreira, escritora y fisioterapeuta originaria de Boa Vista (Brasil), decidió en 2020 abandonar su vida establecida para recorrer el mundo con sus hijos Ítalo Guilherme, de 11 años, y Jhude Marie, de 4. La decisión llegó tras la muerte de su madre, lo que la llevó a replantearse su propósito vital y a perseguir un sueño de infancia: conocer el mundo.
Desde entonces, la familia ha vivido como nómadas, sin residencia fija, y ha visitado ya 15 países. Actualmente se encuentran en Pokhara, Nepal, donde siguen explorando nuevas culturas y paisajes. La transformación personal de Shirleni se consolidó durante un viaje a la India, cuando conoció a otros viajeros que demostraron que es posible vivir en movimiento incluso sin estabilidad económica.
Su día a día incluye prácticas como yoga, caminatas, alimentación consciente y educación en casa. Los hijos reciben formación mediante el método homeschooling, aprendiendo directamente de cada cultura que visitan. Para Shirleni, el mundo es el aula y cada experiencia cotidiana, una lección de vida.
La familia mantiene una estructura flexible, basada en el diálogo y la libertad. Ítalo, en un momento dado, optó por regresar a Brasil para estar con su padre, pero recientemente se reunió con su madre y hermana en Nepal, lo que Shirleni describe como una experiencia de plenitud.
A través de las redes sociales, Shirleni comparte su estilo de vida y anima a otras familias a lanzarse a la aventura de viajar con hijos. Reconoce los desafíos, pero defiende que los errores son parte del aprendizaje. “Errar es inevitable, así que al menos que sea haciendo lo que hace sonreír a tu corazón”, afirma.
Para ella, lo esencial es vivir con intensidad y autenticidad, dejando que los hijos crezcan con recuerdos de aventuras, incluso si implican jet lag y juguetes perdidos en aeropuertos. Su mensaje es claro: los hijos no limitan, sino que impulsan el viaje.