Una estatua de la Virgen María ubicada en Trevignano Romano, una pintoresca localidad al noroeste de Roma, ha sido objeto de controversia desde 2016, cuando comenzó a recibir la visita de peregrinos convencidos de que la imagen “lloraba lágrimas de sangre”. Sin embargo, recientes análisis científicos revelaron que el líquido que brotaba de la figura contenía material genético humano perteneciente a su propietaria, Gisella Cardia, quien afirmaba tener visiones de la Virgen y de Jesús.
El estudio, realizado por la Universidad de Roma Tor Vergata, concluyó que el fluido era efectivamente sangre humana y de origen natural. La investigación descartó teorías anteriores que sugerían que podría tratarse de sangre de cerdo o incluso de pintura.
Gisella Cardia, autoproclamada vidente, organizaba desde hace años encuentros religiosos y peregrinaciones centradas en la estatua. Según sus relatos, presenciaba apariciones divinas y aseguraba que, en momentos específicos, la imagen derramaba lágrimas de sangre como señal sobrenatural.
No obstante, tras una investigación eclesiástica, en marzo de 2024 el obispo local decidió prohibir cualquier tipo de acto religioso en el lugar, incluyendo misas, oraciones colectivas y peregrinaciones, con el objetivo de evitar que se interpretara como un sitio aprobado por la Iglesia. El Vaticano también se pronunció, declarando que el fenómeno no constituía un milagro.
La controversia no terminó ahí. Según medios italianos, algunos fieles acusan a la vidente de fraude y de haber recibido donaciones bajo falsas pretensiones. Exigen, entre otras cosas, la devolución del dinero. La defensa legal de Cardia, a cargo de la abogada Solange Marchignolio, argumenta que el ADN detectado en la estatua podría ser resultado del contacto físico de su clienta, quien solía tocar, besar y manipular la imagen.
Pese a las sospechas, un grupo de seguidores se mantiene firme en su fe y sostiene que los análisis genéticos no deslegitiman el fenómeno. Uno de sus principales argumentos es que no se puede comparar el ADN hallado con el de la Virgen María, ya que no existe una muestra verificable.
Trevignano Romano, con una población cercana a los 5.800 habitantes, es una pequeña localidad italiana ubicada a unos 40 kilómetros de Roma, en la región del Lacio. Conocida por su entorno natural de gran belleza, donde un lago de origen volcánico se funde con verdes colinas, la ciudad tiene profundas raíces históricas que se remontan a la época etrusca. Entre sus principales atractivos están el Museo Cívico, con hallazgos arqueológicos antiguos, las ruinas del Castillo Orsini, que dominan el paisaje, y la Iglesia de Santa Maria Assunta, del siglo XV, que conserva valiosos frescos renacentistas.
El Lago de Bracciano, que bordea la ciudad, es uno de los más grandes de origen volcánico en Italia, y un destino popular para deportes acuáticos como vela, kayak y stand-up paddle. Sin embargo, en los últimos años, el lago ha compartido el protagonismo con un fenómeno religioso que, aunque desacreditado por la ciencia y la Iglesia, aún divide la opinión de fieles y escépticos.