Camila Zanelato estaba en casa con su hija Helena, de 2 años, cuando la niña empezó a señalar al exterior diciendo que había visto una oveja. Al no encontrar nada, la madre trató de seguirle el juego, abriendo la puerta como si fuera a dejar entrar al animal, imaginando que así se acabaría el asunto.
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Sin embargo, la niña continuó diciendo que vio a la «oveja con un niño», lo que asustó a Camila, ya que estaban solos en la casa. Días después, a plena luz del día, Helena volvió a denunciar la presencia de la oveja. Su madre decidió grabarlo y lo colgó en las redes sociales. El incidente ocurrió en Presidente Prudente (São Paulo, Brasil).
El momento en donde todo cambió
Fue entonces cuando recibió un inesperado mensaje de alguien que aseguraba conocer la casa y decía que la presencia era algo bueno. La situación se volvió aún más curiosa cuando la mujer reveló detalles sobre el antiguo habitante y mencionó el apellido del propietario de la casa, alguien con quien Camila nunca había hablado, ya que alquiló la propiedad a través de un agente inmobiliario.
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Al ponerse en contacto con la propietaria, Camila descubrió que el marido de la antigua dueña había sido pastor y celebraba allí reuniones de oración. Según ella, las ovejas representaban algo positivo. Desde aquel episodio, Helena no ha vuelto a mencionar el tema. La familia dice que rezaron en casa y, después de eso, todo se calmó.
“La mujer no podía estar mintiendo porque realmente es mi pueblo, mi barrio. Dio su apellido, que es exactamente el de la dueña de la casa, con quien nunca tuve contacto, ya que alquilamos a través de la inmobiliaria”, dijo Camila en una entrevista a la revista Crescer.
