
Buques de guerra y helicópteros en maniobras militares durante el refuerzo de la presencia estadounidense en aguas estratégicas. (Foto: Instagram)
El gobierno de los Estados Unidos, liderado por el presidente Donald Trump, ha intensificado su presencia militar en América Latina y el Caribe con el objetivo declarado de combatir el narcotráfico. Desde el inicio de la operación el 2 de septiembre, al menos 26 embarcaciones han sido bombardeadas por las fuerzas estadounidenses por su presunta implicación en el tráfico internacional de drogas, aunque aún no se han presentado pruebas concluyentes al respecto.
Paralelamente, Washington ha reforzado su cooperación militar con aliados en Asia, aprobando recientemente la venta de armamento a Taiwán por valor de más de 10.300 millones de euros (equivalente a 11.100 millones de dólares), así como el suministro de destructores y equipamiento militar al Japón por unos 93 millones de euros (100,2 millones de dólares). Estas acciones se enmarcan en un contexto de creciente tensión entre China y Japón, especialmente tras las declaraciones de la primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, quien advirtió que Tokio respondería militarmente si Pekín avanza sobre Taiwán.
La Casa Blanca ha señalado en un documento oficial que su estrategia militar actual se inspira en la Doctrina Monroe, centrando su atención en América Latina y subrayando la importancia de disuadir conflictos, particularmente en Asia oriental. No obstante, las ventas militares a Taiwán y Japón parecen contradecir esta intención, al aumentar la fricción con China.
El Ministerio de Relaciones Exteriores chino ha reaccionado con firmeza, calificando la venta de armas a Taiwán como una violación del principio de "Una sola China" y una amenaza directa a la estabilidad del Estrecho de Taiwán. Pekín acusa a Estados Unidos de enviar un mensaje erróneo a las fuerzas separatistas taiwanesas y ha condenado enérgicamente las acciones de Trump.
Mientras tanto, el cerco naval estadounidense también ha afectado a navíos petroleros sancionados que entran y salen de Venezuela, en medio de un clima de tensión creciente entre Caracas y Washington.


