
Tensión diplomática en la 67ª Cumbre del Mercosur en Foz do Iguaçu. (Foto: Instagram)
La 67ª Cumbre del Mercosur, celebrada el 20 de diciembre en Foz do Iguaçu (Brasil), estuvo marcada por un ambiente de frustración debido a la no concreción del esperado acuerdo de libre comercio con la Unión Europea. La firma, que se esperaba como un hito, fue pospuesta para el 12 de enero, dejando al bloque sudamericano en una posición incierta.
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva compartió el escenario con sus homólogos de Argentina, Javier Milei; Uruguay, Yamandú Orsi; y Paraguay, Santiago Peña. También asistieron representantes de Bolivia, país recientemente incorporado al bloque, y de países asociados. Sin embargo, las tensiones políticas fueron evidentes, especialmente entre Lula y Milei, quienes protagonizaron un enfrentamiento verbal respecto a la situación en Venezuela. Mientras Lula advirtió que una intervención armada sería “una catástrofe humanitaria”, Milei respaldó la presión ejercida por Estados Unidos y el presidente Donald Trump para “liberar al pueblo venezolano”.
La declaración final de la cumbre evitó cualquier mención al régimen venezolano, suspendido del Mercosur desde 2017. Además, Milei provocó a Lula días antes al compartir un mapa que representaba a los países gobernados por la izquierda como una favela gigante, en contraste con los liderados por la derecha, mostrados como ciudades futuristas.
En términos económicos, el fracaso del acuerdo con la UE limita las posibilidades del Mercosur de reducir su dependencia de China. Según proyecciones del Ministerio de Desarrollo de Brasil, la industria sería el sector más beneficiado con el tratado, con un aumento estimado del 26,6% en exportaciones hacia la UE. La falta de consenso también debilita la posición política de Lula, quien ha liderado los esfuerzos por concretar el pacto.
Ante este panorama, el Mercosur busca diversificar sus alianzas comerciales. Ya ha firmado acuerdos con Singapur y la EFTA, y mantiene negociaciones con Emiratos Árabes, Canadá, India, Japón, Indonesia y Vietnam. No obstante, los desafíos internos del bloque y las tensiones geopolíticas complican el avance de estas iniciativas. Mientras tanto, el comercio intrarregional sigue siendo limitado, representando solo el 11% del total, muy por debajo de la UE (61%) y la ASEAN (21%).


