Equipos de rescate trabajan en el río Potomac tras la colisión aérea entre un helicóptero militar y un avión comercial de American Eagle cerca del Aeropuerto Nacional Reagan. (Foto: Instagram)
El gobierno de los Estados Unidos, bajo la presidencia de Donald Trump, ha asumido oficialmente la responsabilidad por la colisión aérea ocurrida el 29 de enero de 2025 entre un helicóptero militar y un avión comercial cerca del Aeropuerto Nacional Reagan, en Washington D.C. El accidente, que dejó 67 personas fallecidas, se ha convertido en el más mortal en la capital estadounidense desde 1982.
Según un documento presentado por la Casa Blanca el pasado miércoles 17 de diciembre en el marco de un proceso judicial iniciado por una de las familias de las víctimas, el gobierno reconoció haber incumplido su deber de cuidado. El informe señala que la Administración Federal de Aviación (FAA) no siguió los procedimientos adecuados de control de tráfico aéreo. En particular, se acusa al controlador aéreo de haber violado los protocolos sobre cuándo delegar en los pilotos la responsabilidad de mantener la separación visual entre aeronaves.
Además, el informe responsabiliza también al Ejército de los Estados Unidos. Se indica que los pilotos del helicóptero militar no mantuvieron la vigilancia necesaria para detectar y evitar otras aeronaves, lo que fue una causa directa del siniestro.
El accidente ocurrió cuando un avión Bombardier CRJ-700, operado por American Eagle (subsidiaria de American Airlines), se aproximaba para aterrizar en Washington procedente de la ciudad de Wichita, Kansas. A bordo viajaban 60 pasajeros y cuatro tripulantes. La colisión provocó que ambas aeronaves cayeran en el río Potomac, a menos de seis kilómetros de la Casa Blanca. El avión quedó partido en tres partes tras el impacto.
Las imágenes del lugar del accidente muestran los intensos esfuerzos de los equipos de rescate en el río Potomac, aunque las autoridades confirmaron que no hubo sobrevivientes. El suceso ha generado una profunda conmoción tanto a nivel nacional como internacional, y ha reabierto el debate sobre la seguridad aérea en zonas de alto tráfico militar y civil.
