
Alexandre de Moraes y su esposa Viviane Barci durante un acto oficial en Brasilia, tras el anuncio de la retirada de sanciones por parte de Estados Unidos. (Foto: Instagram)
El gobierno de Estados Unidos, bajo la administración del presidente Donald Trump, anunció el fin de las sanciones impuestas al ministro del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil, Alexandre de Moraes, su esposa Viviane Barci y una empresa vinculada a él. Estas sanciones, aplicadas previamente bajo la Ley Magnitsky el 30 de julio, acusaban a Moraes de instrumentalizar el poder judicial brasileño y de perseguir al expresidente Jair Bolsonaro, condenado a más de 27 años de prisión por intento de golpe de Estado.
La decisión del Departamento del Tesoro estadounidense sorprendió y desanimó a sectores bolsonaristas, que habían confiado en la continuidad de las sanciones. Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente y uno de los principales promotores de las medidas contra Moraes, expresó “pesar” por la decisión y agradeció el apoyo que Trump había mostrado hasta entonces. Atribuyó la revocación a la falta de cohesión interna en Brasil y al escaso respaldo a las iniciativas en el exterior.
La medida se produjo tras la aprobación del Proyecto de Ley de Dosimetría en la Cámara de Diputados brasileña, el cual podría reducir las penas de los condenados por los actos del 8 de enero, incluyendo a Jair Bolsonaro y sus aliados. Esta conexión ha generado especulaciones sobre un posible gesto político de Trump hacia Brasil.
Las reacciones entre bolsonaristas fueron mixtas. Mientras algunos, como el senador Flávio Bolsonaro, celebraron la decisión como un “gesto gigantesco” de Trump en favor de la amnistía en Brasil, otros criticaron duramente a Eduardo Bolsonaro. El diputado Nikolas Ferreira calificó su declaración como una “fraude intelectual”, acusándole de simplificar un panorama geopolítico complejo y desviar la responsabilidad.
El líder del Partido Liberal en la Cámara de Diputados, Sóstenes Cavalcante, destacó que la aplicación inicial de la Ley Magnitsky por parte de Trump representó una “ventana histórica” para denunciar abusos de poder en Brasil.
La retirada de las sanciones ha reavivado el debate político en Brasil y ha generado tensiones dentro del propio bloque bolsonarista, evidenciando divisiones sobre la estrategia internacional y el futuro de la oposición al gobierno actual.


