La última edición del campeonato World’s Strongest Woman, celebrada en Arlington, Texas, ha generado controversia tras la descalificación de la atleta Jammie Booker, quien inicialmente se había proclamado ganadora el pasado 23 de noviembre. Días después, los organizadores del evento, Official Strongman Games, revocaron su título tras una investigación que concluyó que Booker no cumplía con los requisitos de elegibilidad para competir en la categoría femenina.
Según las normas del campeonato, los participantes deben estar inscritos conforme al género biológico registrado al nacer. La organización recibió información tras el cierre del evento que cuestionaba el cumplimiento de esta norma. En un comunicado oficial, los responsables afirmaron que no tenían conocimiento previo de la situación y que actuaron con rapidez una vez recibidas las denuncias. Se confirmó que una atleta que nació biológicamente hombre, aunque se identifica como mujer, compitió en la categoría Women’s Open sin que esto fuera informado con antelación.
La descalificación de Booker llevó a una reconfiguración del podio. La británica Andrea Thompson, veterana del deporte y ganadora en ediciones anteriores, fue declarada vencedora tras los ajustes en la puntuación. Thompson lamentó públicamente que el momento de celebración se viera empañado por lo que calificó como una situación deshonesta, y subrayó que muchas atletas se vieron perjudicadas. También destacó la unidad de la comunidad para preservar la integridad del deporte femenino.
Por su parte, Jammie Booker no ha emitido declaraciones y ha hecho privadas sus redes sociales. La organización reafirmó su compromiso con la inclusión, pero insistió en que las categorías deben seguir criterios objetivos para garantizar la equidad en la competición.
