Bomberos combaten las llamas en el complejo Wang Fuk Court tras un devastador incendio en Hong Kong. (Foto: Instagram)
Un devastador incendio ha arrasado el complejo residencial Wang Fuk Court, en el distrito de Tai Po, en Hong Kong, dejando al menos 55 personas muertas y más de 280 desaparecidas. El fuego, que comenzó el miércoles 26 de noviembre sobre las 14:00 horas locales (07:00 en España), ha sido descrito como el más letal en la historia reciente de la ciudad, superando la tragedia del edificio Garley de 1996, que dejó 41 víctimas mortales.
El complejo, que albergaba a unas 4.000 personas distribuidas en más de 2.000 apartamentos, estaba en proceso de reforma desde julio de 2024. Los edificios estaban cubiertos por andamios de bambú y lonas verdes, materiales altamente inflamables que facilitaron la propagación de las llamas a siete de los ocho bloques del recinto. Cuatro de ellos ya han sido completamente extinguidos, mientras que en los tres restantes las llamas están controladas.
Hasta el momento, 62 personas continúan atrapadas en el interior de los apartamentos y otras 76 han sido hospitalizadas, 43 de ellas en estado grave o crítico. Las autoridades han detenido a tres personas —dos directivos y un consultor de la empresa constructora responsable de la reforma— por presunto homicidio culposo. Según la policía, se hallaron materiales fuera de normativa, como un tipo de espuma inflamable en las ventanas de los ascensores y lonas que no cumplían con los estándares de seguridad.
La superintendente Eileen Chung declaró que existen indicios claros de negligencia grave por parte de la empresa, lo que habría contribuido a la rápida expansión del fuego. En respuesta a la tragedia, la secretaria de Vivienda, Winnie Ho Wing-yin, anunció que el gobierno está ofreciendo más de 1.400 unidades de vivienda temporal y de transición para asistir a los afectados.
El suceso ha conmocionado a la ciudad y ha reabierto el debate sobre las condiciones de seguridad en los edificios residenciales en reformas. Las autoridades continúan con las labores de rescate y evaluación de daños, mientras la población exige respuestas y responsabilidades.
