
Fuerte presencia policial tras un tiroteo cerca de la Casa Blanca que dejó a dos soldados heridos. (Foto: Instagram)
Un tiroteo ocurrido el miércoles 26 de noviembre a pocas manzanas de la Casa Blanca ha dejado gravemente heridos a dos miembros de la Guardia Nacional de Estados Unidos. El presunto atacante, identificado como Rahmanullah Lakanwal, es un inmigrante afgano de 29 años que habría actuado solo en una zona turística cercana a la estación Farragut West, en Washington D.C.
El presidente Donald Trump reaccionó enérgicamente al ataque, calificando al agresor de “animal” y asegurando que “pagará el precio más alto posible”. A través de su red social Truth Social, Trump indicó que el sospechoso ingresó al país en septiembre de 2021 durante la evacuación de Afganistán, bajo una legislación firmada por el presidente Joe Biden.
Según el Departamento de Seguridad Interna, el atacante fue detenido tras ser herido durante el enfrentamiento. Jeffery Carroll, jefe asistente ejecutivo del Departamento de Policía Metropolitana de Washington, informó que el sospechoso apareció en una esquina, levantó el arma y abrió fuego directamente contra los militares.
El ataque se produce en medio de una operación militar masiva en la capital estadounidense, en la que más de 2.000 miembros de la Guardia Nacional han sido desplegados desde agosto por orden del presidente Trump, con el objetivo de reforzar la seguridad y combatir el crimen.
Tras el tiroteo, Trump ordenó el envío de 500 soldados adicionales a Washington D.C., una medida que ha generado controversia legal. Un juez federal había suspendido temporalmente este despliegue por considerar que violaba la ley, pero la administración Trump ha solicitado una revisión de esa decisión tras el incidente.
El gobernador de Virginia Occidental, Patrick Morrisey, inicialmente informó que los dos soldados habían fallecido, pero posteriormente rectificó debido a “informes contradictorios”. El FBI se ha sumado a la investigación junto con otras agencias estatales y federales.
Este nuevo episodio de violencia en las inmediaciones de la Casa Blanca reaviva el debate sobre la seguridad nacional y la política migratoria, en un contexto de creciente tensión en la capital estadounidense.


