Sydney Files, una joven de 27 años de Orlando, Florida, vivió una experiencia desgarradora y milagrosa al mismo tiempo. El 15 de julio de 2024, fue sometida a una cesárea de emergencia tras detectar una caída en los latidos del corazón de su bebé. Cooper, su hijo, nació con tan solo 24 semanas de gestación y pesando menos de 700 gramos.
Los médicos no ofrecían muchas esperanzas, y Sydney creyó que aquel primer contacto sería también el último. Sin embargo, contra todo pronóstico, el pequeño Cooper sobrevivió. La madre compartió el emotivo momento en TikTok, donde el vídeo superó los dos millones de visualizaciones.
Durante el embarazo, Sydney fue diagnosticada con una falla en la placenta y más tarde con preeclampsia, lo que obligó a su hospitalización bajo reposo absoluto. A pesar de los cuidados, Cooper tuvo que nacer prematuramente. Fue ingresado en la UCI neonatal, donde enfrentó múltiples riesgos típicos de los nacimientos extremadamente prematuros, como hemorragias cerebrales y problemas pulmonares.
A los diez días de vida, Cooper sufrió una falla respiratoria grave. Los médicos advirtieron que su recuperación dependía únicamente de él. La familia se aferró a la fe, y milagrosamente el bebé siguió luchando. En las semanas siguientes, Cooper fue sometido a varias cirugías, incluida una traqueostomía y una intervención cardíaca para cerrar un orificio de medio centímetro en su corazón.
Actualmente, con 15 meses de edad, Cooper continúa en rehabilitación pero muestra avances significativos. Sus habilidades motoras finas y su desarrollo cognitivo son adecuados para su edad, y los médicos confían en que podrá llevar una vida independiente. Se espera que a los tres años pueda prescindir de la traqueostomía. Aunque sus pulmones podrían seguir siendo sensibles, como en casos de asma infantil, los especialistas creen que podrá ir al colegio y tener una infancia normal.
La historia de Cooper es un testimonio de esperanza, lucha y milagros médicos, y ha conmovido a miles de personas en todo el mundo.
