Chloe Richmond, una joven británica de 25 años residente en Halifax, West Yorkshire, fue diagnosticada con un tumor cerebral incurable solo un día antes del segundo cumpleaños de su hijo, Jonah. Durante años, Chloe sufrió dolores de cabeza intensos y cambios de comportamiento que atribuyó inicialmente al estrés y a problemas en su matrimonio con su esposo Joe. Llegó a pensar que él le era infiel debido a su creciente paranoia y agresividad.
Los síntomas comenzaron en su adolescencia tras la pérdida de sus padres, pero fueron erróneamente diagnosticados como migrañas y depresión. Durante su embarazo en 2023, los síntomas disminuyeron, pero regresaron con fuerza tras el parto, acompañados de desmayos y visión borrosa. A pesar de sus quejas, no fue derivada a estudios más profundos.
En septiembre, tras una discusión con su marido, se trasladó temporalmente a casa de su hermano. Allí sufrió un desmayo y despertó desorientada. Fue llevada al hospital, donde una resonancia reveló un tumor cerebral. Fue trasladada de urgencia al Leeds General Infirmary, donde se le realizó una cirugía.
El 1 de octubre, justo un día antes del cumpleaños de Jonah, recibió la noticia de que el tumor era maligno y sin cura. Los médicos estiman que Chloe podría vivir entre uno y dos años, dependiendo del grado del cáncer. Actualmente, se somete a sesiones de radioterapia y quimioterapia, y explora tratamientos alternativos.
A pesar del diagnóstico devastador, Chloe se mantiene fuerte y enfocada en su hijo. Asegura que quiere aprovechar cada momento a su lado y estar presente en tantos cumpleaños como sea posible. Inspirada por la valentía de su madre, fallecida por una enfermedad pulmonar crónica, Chloe afirma: “Soy una luchadora y no voy a dejar que esto me venza”.
