Allan Dixon, un fotógrafo irlandés de 29 años, ha alcanzado fama internacional gracias a su singular habilidad para tomarse selfies con animales salvajes en su hábitat natural. Conocido como el “Dr. Dolittle de la vida real”, Dixon ha dedicado su carrera a retratar la conexión entre humanos y animales a través de imágenes que destacan por la confianza y serenidad de los animales frente a la cámara.
Su salto a la fama ocurrió en 2013, cuando ganó el concurso internacional Best Job in the World, organizado en Australia, lo que le otorgó un premio de 100.000 dólares (aproximadamente 93.000 euros). Como parte del premio, vivió durante seis meses como explorador en el interior australiano, experiencia que marcó el inicio de su trayectoria como fotógrafo de fauna.
Desde entonces, ha viajado por todo el mundo capturando momentos únicos con especies como canguros, elefantes, aves, perros, monos y, especialmente, quokkas, unos pequeños marsupiales australianos. Dixon asegura que su secreto es acercarse a los animales con respeto, paciencia y amabilidad.
Además de su trabajo fotográfico, utiliza sus redes sociales para fomentar la observación responsable de la fauna y promover la conservación del medio ambiente. Su labor ha sido reconocida globalmente y sus imágenes se han viralizado por mostrar una convivencia armoniosa entre humanos y animales salvajes.


