El streamer francés Raphaël Graven, conocido en las redes como Jeanpormanove o JP, falleció a los 46 años durante una transmisión en vivo desde su casa en Contes, cerca de Niza, en el sur de Francia. Lo que inicialmente parecía una muerte súbita se ha convertido en un caso policial complejo que ha conmocionado a la opinión pública francesa.
Según informes de medios locales, Graven habría sido víctima de torturas físicas y psicológicas durante al menos diez días antes de su fallecimiento. Las transmisiones, realizadas en la plataforma Kick, eran descritas como “lives de humillación”, en las que se le veía siendo agredido, escupido, asfixiado, privado de sueño y forzado a ingerir sustancias tóxicas. Poco antes de morir, envió un mensaje desesperado a su madre, en el que se declaraba “rehén” de la situación y expresaba su deseo de abandonar los vídeos.
La justicia francesa ha iniciado una investigación para esclarecer los hechos y ha ordenado una autopsia. Aunque aún no hay acusados formales, se están tomando declaraciones. Entre los implicados se mencionan a Owen Cenazandotti (alias Naruto), quien anunció públicamente la muerte, y Safine Hamadi (Safine), ambos presuntamente involucrados en las transmisiones. Un tercer individuo, conocido como Coudoux, también estaría siendo investigado.
El caso ha provocado una fuerte reacción institucional. Clara Chappaz, ministra de Asuntos Digitales, calificó los hechos como un “horror absoluto” y activó a los organismos reguladores. Por su parte, Sarah El Haïry, Alta Comisionada para la Infancia, advirtió sobre los riesgos de los contenidos digitales y exigió mayor responsabilidad a las plataformas.
La plataforma Kick expresó su pesar por el fallecimiento y aseguró estar colaborando con las autoridades. Además, se comprometió a revisar sus políticas internas para proteger mejor a sus creadores de contenido.
Este trágico suceso reabre el debate sobre los límites del entretenimiento digital y la urgente necesidad de una regulación más estricta de las plataformas de streaming, especialmente en lo que respecta a la exposición a la violencia y la explotación de las personas en línea.