Neil Douglas, un escocés de 32 años, vivió una experiencia insólita durante un vuelo entre Stansted (Inglaterra) y Galway (Irlanda). Al abordar, descubrió que un hombre ocupaba su asiento. Al acercarse, se dio cuenta de que el pasajero era sorprendentemente parecido a él: barba pelirroja, peinado similar y una sonrisa idéntica. El desconocido resultó ser Robert Stirling, un londinense de 35 años.
Ambos quedaron tan sorprendidos por el parecido que decidieron tomarse una selfie, que Neil publicó en la red social X (anteriormente Twitter). La imagen rápidamente se volvió viral, acumulando más de 600 compartidos en menos de tres horas. La historia no terminó ahí: al llegar a Galway, descubrieron que estaban hospedados en el mismo hotel. Más tarde, se reencontraron en un pub, donde compartieron cervezas y más fotos.
Neil relató que la única diferencia notable entre ellos era la altura. “Cuando fuimos al pub, sacamos otra foto en la que se nota bien eso. Él estaba con sus amigos para pasar el fin de semana y nos reímos mucho de la situación”, explicó. Por su parte, Robert comentó con humor: “Solo quería un fin de semana tranquilo y esto pasó”.
El curioso encuentro generó una ola de publicaciones en redes sociales. Numerosos usuarios comenzaron a compartir imágenes propias comparándose con sus “sósias”, creando una divertida cadena de fotos de supuestos hermanos perdidos.
La historia de Neil y Robert no solo generó risas, sino también reflexiones sobre las coincidencias de la vida y el poder viral de las redes sociales. Aunque no se ha mencionado ningún vínculo familiar entre ambos, su parecido ha reavivado el viejo mito de que todos tenemos un doble en algún lugar del mundo.