Max Hall, un joven británico de 14 años, sufrió continuos dolores de cabeza durante casi un año, atribuidos inicialmente a migrañas habituales de la adolescencia y tratados solo con analgésicos. Su madre, Jackie Hall, relata que Max era activo y no mostraba otros síntomas preocupantes hasta que, tras cumplir 14 años, sufrió una convulsión grave que motivó su ingreso urgente en el hospital.
Allí, una resonancia magnética reveló un tumor cerebral en estadio 4, de tamaño tan extenso y ubicado en una zona delicada que descartó la cirugía como opción. Los médicos del University Hospitals of Northamptonshire reconocieron la gravedad tardía del diagnóstico y anunciaron una revisión de los protocolos de atención.
La familia, dispuesta a agotar todas las vías, optó por un tratamiento experimental en Alemania: una vacuna personalizada que requiere desplazamientos cada dos semanas. Para costear un año de terapia, han iniciado una campaña para recaudar 290 000 €, indispensables para los viajes, la intervención y el seguimiento. A pesar del pronóstico terminal, Jackie elogia el coraje de Max y subraya su determinación: “Está luchando de forma admirable”.


