
Edificio residencial calcinado tras el bombardeo ruso en Kiev durante la madrugada (Foto: Instagram)
En la madrugada del sábado, Rusia perpetró una serie de bombardeos con drones y misiles —incluidos los hipersónicos Kinshal— contra Kiev y varias regiones del noreste y sur de Ucrania. El alcalde de la capital, Vitali Klitschko, informó la muerte de una mujer de 47 años, 19 heridos y cientos de miles de residentes sin suministro eléctrico ni calefacción, en pleno invierno con temperaturas cercanas a cero grados. Según la administración municipal de Kiev, 2.600 edificios de viviendas carecen de calefacción y 320.000 hogares permanecen a oscuras.
En respuesta al aumento de agresiones rusas, Polonia cerró dos aeropuertos en su extremo nordeste y movilizó su fuerza aérea para vigilar el espacio aéreo. Estos ataques coinciden con la inminente reunión en Florida entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el de Ucrania, Volodymyr Zelenski, con el objetivo de discutir un plan de paz de 20 puntos que Moscú rechazó en Navidad. Zelenski exige mantener el control completo de Donbás y descarta la presencia de tropas europeas o estadounidenses en suelo ucraniano, al tiempo que busca garantías bilaterales de seguridad y apoyo económico de Washington. En su última declaración antes de partir, el mandatario ucraniano denunció que los casi 500 drones y 40 misiles empleados por Rusia evidencian que Moscú “no quiere el fin de la guerra”.


