
ICE planea convertir almacenes industriales en centros de detención masiva para migrantes. (Foto: Instagram)
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, bajo la administración del presidente Donald Trump, está desarrollando un polémico plan para agilizar las deportaciones de inmigrantes en situación irregular. Según reveló el diario The Washington Post, el proyecto contempla la conversión de grandes almacenes industriales en centros de detención con capacidad para albergar hasta 80.000 personas al mismo tiempo.
Un alto funcionario del ICE comparó estas instalaciones con un almacén de Amazon Prime, pero destinado a personas. Esta descripción ha generado duras críticas por parte de organizaciones defensoras de los derechos humanos, que denuncian el trato deshumanizador hacia los migrantes.
Actualmente, el ICE mantiene detenidas a más de 68.000 personas, una cifra récord, de las cuales aproximadamente un 48% no cuenta con condenas penales ni enfrenta cargos judiciales. El nuevo sistema propuesto incluiría 16 centros de “triage” que clasificarían a los detenidos antes de ser trasladados a instalaciones principales, algunas con capacidad para 10.000 individuos. Las ciudades de Stafford (Virginia), Hutchins (Texas) y Hammond (Luisiana) figuran entre las localizaciones propuestas.
Estas instalaciones contarían con zonas residenciales, baños, cocinas, comedores, unidades médicas, bibliotecas legales, áreas recreativas y oficinas administrativas. Algunas incluso estarían preparadas para alojar a familias.
El ICE justificó el plan como una forma de “maximizar la eficiencia, minimizar los costes, reducir el tiempo de procesamiento, limitar la duración de la detención, acelerar la deportación y promover la seguridad, dignidad y respeto de los detenidos”. No obstante, el plan aún se encuentra en fase de borrador y podría sufrir modificaciones.
Paralelamente, el gobierno de Trump anunció una medida adicional: ofrecerá 3.000 dólares (unos 2.760 euros) a los inmigrantes que acepten abandonar voluntariamente el país antes de fin de año. Esta iniciativa, presentada por el Departamento de Seguridad Nacional como un acto de “generosidad”, busca incentivar las salidas voluntarias y reducir la presión sobre el sistema de detención.


