
El Papa Leão XIV saluda a los fieles en la Plaza de San Pedro antes de la Misa del Gallo. (Foto: Instagram)
El papa Leão XIV presidió por primera vez la tradicional Misa del Gallo en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, la noche del 24 de diciembre. Esta celebración marcó el inicio de los ritos navideños bajo su pontificado, en un acto cargado de simbolismo y mensajes de fe, esperanza y caridad. Antes de la misa, el pontífice sorprendió a los fieles con una aparición en la Plaza de San Pedro, saludando bajo la lluvia y el frío.
Durante su homilía, Leão XIV subrayó la humildad del nacimiento de Jesús y la importancia de reconocer la dignidad de cada ser humano. “Para encontrar al Salvador, no es necesario mirar hacia arriba, sino contemplar lo que está abajo”, afirmó, haciendo alusión al pesebre como símbolo de sencillez y amor divino. También señaló que Dios no ofrece una solución intelectual a los problemas del mundo, sino una historia de amor que transforma vidas.
El papa hizo un llamado a acoger a los más vulnerables —niños, pobres y extranjeros— como forma de manifestar la presencia de Dios en el mundo. Citando a San Agustín, recordó que solo la humildad divina puede levantar al ser humano de su soberbia. En su mensaje final, animó a todos a ser portadores de esperanza y paz: “Proclamemos entonces la alegría de la Navidad, que es fiesta de la fe, la caridad y la esperanza”.
La celebración fue acompañada por unos 250 cardenales, obispos y sacerdotes, además de diez niños de distintos países, simbolizando la universalidad de la Iglesia. En su mensaje navideño, Leão XIV reiteró su llamado a la paz mundial, pidiendo un día de tregua en zonas de conflicto como Gaza. Las celebraciones continuarán en los próximos días con el rezo del Ángelus y la misa de fin de año.


