
Transición histórica en el Vaticano: del papa Francisco al papa Leão XIV. (Foto: Instagram)
El año 2025 marcó una transición histórica en la Iglesia Católica con la muerte del papa Francisco el 21 de abril a los 88 años, tras sufrir complicaciones derivadas de un accidente cerebrovascular. Su pontificado, iniciado en 2013, se caracterizó por una apertura pastoral, el impulso de reformas sociales y una mayor inclusión de comunidades tradicionalmente marginadas, como la LGBTQIA+, así como por su defensa del medio ambiente y el diálogo interreligioso.
Tras su fallecimiento, el cónclave se celebró en mayo y, en tan solo dos días y cuatro votaciones, el Colegio de Cardenales eligió al estadounidense Robert Francis Prevost como nuevo pontífice. Con el nombre de Leão XIV, se convierte en el primer papa nacido en Estados Unidos. Nacido en Chicago y con una amplia trayectoria misionera en Perú, Leão XIV es conocido por su perfil discreto, su formación en derecho canónico y su trabajo en el Vaticano en áreas clave como el Dicastério para los Obispos.
Inspirado por Leão XIII, defensor de la doctrina social de la Iglesia, el nuevo papa ha manifestado su intención de continuar con las reformas de Francisco, manteniendo el enfoque inclusivo hacia los fieles LGBTQIA+ y promoviendo una mayor participación femenina en el Vaticano. No obstante, ha dejado claro que no abordará cambios doctrinales en temas sensibles como la ordenación de mujeres.
En el ámbito diplomático, Leão XIV adopta un tono más reservado que su predecesor respecto a la política de su país de origen. Aunque se muestra crítico con los discursos de odio y el trato a los inmigrantes, evita hacer referencias directas al presidente Donald Trump. También ha expresado preocupación por los conflictos internacionales, como la guerra en Gaza, sin tomar partido explícito.
El nuevo pontífice ha reafirmado su compromiso con la tolerancia cero frente a los abusos sexuales en la Iglesia, aunque advierte sobre el riesgo de denuncias falsas. En cuanto a las finanzas del Vaticano, reconoce desafíos, pero considera que la recuperación está en marcha. Su liderazgo busca mantener la sinodalidad, aunque con un enfoque más moderado que el de su antecesor.


