
La policía australiana identifica el epicentro del atentado terrorista en la playa de Bondi, Sídney. (Foto: Instagram)
La policía australiana ha revelado detalles alarmantes sobre el atentado terrorista que tuvo lugar el pasado 14 de diciembre en la playa de Bondi, en Sídney, donde murieron 16 personas y al menos 42 resultaron heridas. Según documentos judiciales publicados este lunes, los dos hombres responsables del ataque planearon meticulosamente la masacre durante varios meses y realizaron entrenamientos tácticos con armas de fuego en zonas rurales del estado de Nueva Gales del Sur.
Uno de los atacantes, Sajid Akram, de 50 años y nacionalidad india, fue abatido por la policía durante el atentado. Su hijo, Naveed, de 24 años y ciudadano australiano, fue trasladado de un hospital a prisión y enfrenta cargos por terrorismo y 15 asesinatos. Ambos aparecen en un vídeo encontrado en el teléfono móvil de uno de ellos, en el que repudian a los sionistas frente a una bandera del Estado Islámico mientras recitan el Corán y explican sus motivaciones.
Los investigadores también descubrieron que los atacantes hicieron un viaje de reconocimiento a la playa días antes del ataque. El acto ha sido calificado como uno de los más violentos en décadas en Australia.
El primer ministro australiano, Anthony Albanese, pidió disculpas a la comunidad judía y anunció reformas legislativas para endurecer las leyes contra el discurso de odio, el extremismo y la posesión de armas. El gobierno de Nueva Gales del Sur también presentó nuevas medidas, como limitar a cuatro el número de armas que una persona puede poseer (o diez para quienes tienen permisos especiales, como agricultores), prohibir símbolos terroristas como la bandera del EI, y restringir protestas durante tres meses tras un atentado.
La comunidad australiana rindió homenaje a las víctimas con un minuto de silencio y un memorial en la playa de Bondi. El entierro de una niña de 10 años, la víctima más joven, ha generado gran conmoción en el país.
Estas medidas buscan evitar que incidentes de esta magnitud vuelvan a repetirse y reforzar la seguridad y cohesión social en Australia.


