Ucrania ataca petrolero ruso en el Mediterráneo en una operación sin precedentes

El ejército de Ucrania llevó a cabo un ataque con drones contra un petrolero ruso en el Mar Mediterráneo, cerca de la costa de Libia, el pasado viernes 19 de diciembre. Esta acción representa el primer bombardeo ucraniano en esa región desde el inicio de la invasión rusa. El buque atacado formaba parte de la llamada "flota paralela", una red de embarcaciones vinculadas a Rusia, Irán y Venezuela que operan sin bandera oficial para evadir las sanciones internacionales impuestas por el G7 y la Unión Europea.

Según el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), el ataque causó daños críticos al petrolero, aunque el presidente ruso, Vladímir Putin, negó que hubiera consecuencias significativas y prometió una respuesta militar contundente. Una fuente del SBU informó al diario británico The Guardian que el barco estaba vacío al momento del ataque, lo que evitó un derrame de crudo. El organismo ucraniano justificó la ofensiva al señalar que el navío servía para financiar el esfuerzo bélico ruso, por lo que lo consideraron un objetivo legítimo.

El incidente ocurrió pocas horas después de que la Unión Europea anunciara un nuevo paquete de ayuda financiera a Ucrania por valor de 90.000 millones de euros, destinados a apoyar su economía y sus fuerzas armadas entre 2026 y 2027. El acuerdo fue alcanzado tras una cumbre de más de cinco horas en Bruselas, con la participación del presidente ucraniano Volodímir Zelenski. Aunque se planteó la posibilidad de financiar el préstamo con activos rusos congelados —valorados en unos 210.000 millones de euros—, esta opción fue finalmente descartada por el momento debido a la oposición de varios países miembros del bloque.

El presidente del Consejo Europeo, António Costa, confirmó que Ucrania no deberá devolver el préstamo hasta que Rusia pague las reparaciones por los daños causados por la guerra. Por su parte, Putin calificó la propuesta de usar los fondos rusos congelados como "un robo".