
Donald Trump anuncia un cambio histórico en la clasificación legal de la marihuana en EE. UU. (Foto: Instagram)
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, firmó este jueves una orden ejecutiva que reclassifica la marihuana de una droga de Clase I (junto con sustancias como la heroína) a una de Clase III, al mismo nivel que la ketamina. Esta decisión no implica la legalización del cannabis, pero sí representa un cambio significativo en su tratamiento legal y científico, al facilitar su investigación médica y permitir un programa piloto para el reembolso de productos a base de CBD a través del sistema Medicare.
La medida reconoce el potencial terapéutico de la marihuana y su menor riesgo de dependencia en comparación con otras drogas de su anterior clasificación. Trump destacó que esta reclassificación permitirá estudiar con mayor profundidad los beneficios, riesgos y posibles usos médicos de la planta. Según sus palabras desde el Despacho Oval, se trata de una acción de “sentido común”.
El programa piloto del Medicare contemplará el reembolso de productos con CBD, especialmente dirigidos a pacientes con cáncer, personas mayores y aquellos que padecen enfermedades crónicas o debilitantes. Esto ampliará el acceso a tratamientos con cannabinoides, una demanda creciente en el ámbito sanitario.
A pesar del avance, la orden ejecutiva no modifica el estatus legal del uso recreativo de la marihuana ni limita las acciones policiales en casos de posesión o tráfico. La decisión ha sido criticada por sectores conservadores, incluyendo a 18 senadores y 26 diputados republicanos, así como por organizaciones como CatholicVote, quienes consideran que la medida podría enviar un mensaje equivocado sobre los estilos de vida saludables y el crecimiento económico.
La iniciativa de Trump continúa una línea de acción iniciada durante el mandato de Joe Biden, cuando el Departamento de Salud recomendó la reclassificación de la cannabis basándose en estudios científicos sobre sus beneficios médicos. El proceso regulatorio sigue su curso en la DEA (Administración para el Control de Drogas), pero la orden ejecutiva de Trump acelera los tiempos y refleja un consenso creciente, incluso entre republicanos, sobre la necesidad de flexibilizar las restricciones federales a la marihuana para fines de investigación.


