Reuven Morrison, un ciudadano ucraniano naturalizado australiano de 62 años, fue identificado como el hombre que intentó detener a los atacantes durante un atentado terrorista en la playa de Bondi, en Sídney, el pasado domingo 14 de diciembre. El ataque ocurrió durante la celebración de Hanukkah y dejó un saldo de 16 muertos, incluidas varias víctimas infantiles.
Morrison utilizó ladrillos para frenar el avance de los agresores hacia su esposa y amigos, siendo finalmente abatido en el lugar. Su acto de valentía fue captado en vídeo, donde se le ve lanzando un ladrillo a uno de los atacantes. Su hija, Sheina Morrison, relató que su padre podría haber huido, pero decidió enfrentarse a los criminales para proteger a los presentes. Amigos de la familia afirman que su acción salvó vidas al retrasar a los tiradores.
Reuven y su esposa Leah se habían conocido en esa misma playa décadas atrás, durante su adolescencia, y habían regresado para conmemorar la festividad judía. Reuven era un sobreviviente del Holocausto que emigró desde Ucrania a los 14 años y forjó una carrera en el sector inmobiliario en Australia.
Los responsables del atentado fueron identificados como Sajid y Naveed Akram, padre e hijo de confesión musulmana. Uno fue abatido por la policía y el otro detenido. Aún no se ha determinado cuál de los dos disparó contra Morrison. Según el primer ministro australiano, Anthony Albanese, los atacantes actuaron motivados por la ideología del Estado Islámico. Naveed, de 24 años, ya era vigilado por presuntos vínculos con el extremismo, aunque no existían pruebas suficientes para detenerlo antes del atentado.
Otro acto heroico fue protagonizado por Ahmed al Ahmed, un vendedor de frutas musulmán de 43 años, quien logró desarmar a uno de los atacantes y fue herido de bala en dos ocasiones. Actualmente se encuentra hospitalizado en condición estable. Su valentía ha sido reconocida por la comunidad, que ha recaudado más de 750.000 euros (equivalente a más de 4 millones de reales) en donaciones para su familia.


