Suze Lopez, una enfermera de 41 años residente en Bakersfield, California, acudió al hospital Cedars-Sinai para someterse a una operación destinada a extirpar un tumor uterino que le causaba molestias desde hacía años. La intervención ya estaba programada y los exámenes previos no indicaban ninguna complicación. Sin embargo, un test de embarazo rutinario cambió el rumbo de los acontecimientos.
El resultado positivo sorprendió a Suze, quien ya era madre de un hijo adulto y llevaba casi dos décadas intentando volver a quedarse embarazada sin éxito. Inicialmente, los médicos sospecharon un error en el test o incluso la presencia de un cáncer, dada la existencia de una masa abdominal considerable. No obstante, nuevos estudios revelaron algo insólito: Suze estaba embarazada, pero su útero estaba vacío. En realidad, un quiste ovárico benigno de más de 9 kilos ocupaba gran parte de su abdomen.
La mayor sorpresa llegó cuando los médicos localizaron un feto completamente formado fuera del útero, cerca del hígado. Se trataba de un caso extremadamente raro de embarazo abdominal casi a término. Debido a la gravedad del cuadro, un equipo multidisciplinar de aproximadamente 30 especialistas fue convocado para realizar simultáneamente la extirpación del tumor y la cesárea.
Durante la operación, Suze sufrió una hemorragia severa que requirió la transfusión de 11 bolsas de sangre. A pesar de las complicaciones, el bebé nació sano, pesando 3,6 kilos, y fue llamado Ryu. Su esposo, Andrew, calificó el nacimiento como un milagro, mientras que Suze expresó su profunda gratitud por esta inesperada segunda oportunidad.
El hospital Cedars-Sinai describió el caso como extremadamente raro en la medicina moderna, tanto por la supervivencia del bebé como por la coexistencia de un embarazo abdominal avanzado junto a un tumor de gran tamaño.


