
Uno de los presuntos atacantes observado con un fusil desde una azotea durante el tiroteo en la playa de Bondi, Sídney. (Foto: Instagram)
Un tiroteo ocurrido el domingo 14 de diciembre en la playa de Bondi, en Sídney (Australia), dejó al menos 12 personas muertas y 11 heridas. El ataque tuvo lugar mientras cientos de personas se congregaban para celebrar la festividad judía de Janucá. Aunque las autoridades no han confirmado si el atentado tenía como objetivo específico a la comunidad judía, el presidente de la Asociación Judía de Australia lo calificó como “una tragedia totalmente previsible”.
Uno de los sospechosos ha sido identificado por la prensa local como Naveed Akram, de 24 años. Según informes, Akram es un obrero de la construcción de la zona oeste de Sídney que recientemente había perdido su empleo. Fue detenido en el lugar de los hechos, aunque aún no se ha confirmado oficialmente su participación directa como tirador. Imágenes difundidas en redes sociales lo muestran portando un fusil, presuntamente utilizado en el ataque.
El segundo sospechoso, cuya identidad no ha sido revelada, fue abatido por las fuerzas de seguridad. Akram, quien resultó herido, permanece hospitalizado en estado crítico. La policía llevó a cabo una operación en su domicilio, ubicado en Bonnyrigg, pocas horas después del tiroteo.
El primer ministro australiano, Anthony Albanese, calificó el ataque como un acto de terrorismo durante una rueda de prensa. Afirmó que el gobierno tomará medidas firmes para erradicar “el odio, la violencia y el terrorismo”. Más de 40 ambulancias, incluidos helicópteros, fueron desplegadas para atender a las víctimas.
El tiroteo ha conmocionado a la sociedad australiana y ha generado preocupación internacional por el aumento de actos violentos durante celebraciones religiosas. Las autoridades continúan investigando los motivos del ataque y mantienen la zona acordonada.


