Greg Kelley, una prometedora estrella del fútbol americano en Texas, vio su vida cambiar drásticamente a los 19 años cuando fue condenado por abuso infantil, un crimen que no cometió. La sentencia no solo destruyó su carrera deportiva, sino también los planes de vida que había trazado. Tras cinco años de lucha judicial, finalmente fue declarado inocente, en un proceso que expuso errores graves en la investigación inicial del caso.
Durante todo este tiempo, su entonces novia del instituto, Gaebri, se mantuvo firme a su lado, convencida de su inocencia. La pareja enfrentó un calvario emocional y legal, pero logró superarlo unida. Actualmente están casados y tienen una hija, Summer Rae.
El caso de Kelley generó gran repercusión en Estados Unidos, siendo objeto de documentales y reportajes que pusieron en tela de juicio el sistema judicial del país. La investigación original fue duramente criticada por basarse en pruebas débiles y por no considerar otras líneas de investigación.
Hoy, Kelley intenta reconstruir su vida. Ha retomado sus estudios y sueña con trabajar en el ámbito de la justicia criminal, con el propósito de ayudar a otras personas que, como él, han sido víctimas de condenas erróneas. “Quiero transformar mi dolor en propósito”, declaró.
La historia de Greg Kelley es también un testimonio de amor y lealtad. Gaebri, ahora su esposa, fue un pilar esencial para que no perdiera la esperanza. Juntos, enfrentaron el estigma social, la presión mediática y las dudas de muchos. Residen actualmente en Texas, donde Kelley expresa gratitud por haber demostrado su inocencia y por conservar a su lado a quienes siempre creyeron en él.


