Un ciudadano hondureño deposita su voto en las elecciones presidenciales en medio de un clima de tensión y escrutinio internacional. (Foto: Instagram)
Honduras vive una tensa espera por los resultados de sus elecciones presidenciales, celebradas el pasado domingo 30 de noviembre. Tras cuatro días de escrutinio, el Consejo Nacional Electoral (CNE) ha contabilizado aproximadamente el 85% de los votos, en un proceso marcado por retrasos técnicos que han generado sospechas y tensiones políticas.
Los dos principales candidatos, ambos de derecha, se mantienen en un empate técnico. Nasry Asfura, candidato conservador respaldado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, compite cabeza a cabeza con el popular presentador de televisión Salvador Nasralla. Según la cadena británica BBC, la diferencia entre ambos es de apenas 0,3 puntos porcentuales.
La situación se agravó cuando, tras una de las fallas técnicas en el sistema de conteo, Trump acusó públicamente a Honduras de intentar manipular los resultados electorales. A través de su red Truth Social, el mandatario estadounidense advirtió que “habrá consecuencias terribles” si se confirma un fraude y exigió que se respeten los votos de los ciudadanos hondureños.
El CNE explicó que se trató de un fallo en la plataforma de difusión de datos, y no en el sistema de conteo en sí. Aseguraron que están trabajando con la empresa responsable para restablecer el servicio lo antes posible, y que se convocó una reunión extraordinaria para abordar la situación.
La influencia de Trump en los asuntos internos de Honduras no se limita al proceso electoral. Esta semana, el presidente estadounidense concedió el indulto al exmandatario hondureño Juan Orlando Hernández, quien cumplía una condena de 45 años en Estados Unidos por delitos de narcotráfico y tráfico de armas. El gesto ha generado controversia internacional, especialmente porque Trump mantiene una postura dura contra el narcotráfico en América Latina, en países como Venezuela y Brasil.
La incertidumbre política en Honduras continúa mientras el país espera conocer a su próximo presidente, en un contexto de creciente presión internacional y acusaciones cruzadas.
