Una monja camina por la Plaza de San Pedro al atardecer, frente a la Basílica del Vaticano. (Foto: Instagram)
Una comisión del Vaticano ha rechazado este jueves 4 de diciembre la posibilidad de admitir mujeres al diaconado a través del sacramento del orden, uno de los siete sacramentos de la Iglesia Católica que permite a los hombres servir como ministros de Cristo. La decisión fue tomada por nueve votos contra uno, aunque se recomendó continuar investigando el tema de manera más profunda.
Presidida por el cardenal Giuseppe Petrocchi, la comisión concluyó que tanto la investigación histórica como la teológica “excluyen la posibilidad” de que las mujeres accedan al diaconado entendido como un grado del sacramento del orden. No obstante, el Vaticano reconoció que aún no se puede emitir un juicio definitivo, como ya se ha hecho en el caso de la ordenación sacerdotal, que también está reservada exclusivamente a los hombres.
La Iglesia Católica mantiene una estructura jerárquica en la que solo los hombres pueden ser diáconos, sacerdotes, obispos, cardenales e incluso el papa. En el informe presentado, se incluyeron argumentos tanto a favor como en contra de permitir el acceso de mujeres al diaconado.
Entre los argumentos favorables, se destaca que limitar el diaconado a los hombres contradice la igualdad entre hombre y mujer como imagen de Dios, además de ir en contra del mensaje de unidad de la fe cristiana, como se refleja en la cita bíblica de Gálatas 3:28: “Ya no hay judío ni griego, ni esclavo ni libre, hombre y mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús”.
Por otro lado, los argumentos en contra de la inclusión de mujeres sostienen que la masculinidad de Cristo —y por tanto la de los ordenados— es parte esencial de la identidad sacramental. Cambiar esta tradición, afirman, supondría una ruptura con el significado nupcial de la salvación. Este argumento fue sometido a votación, obteniendo cinco votos a favor y cinco en contra.
Aunque la decisión actual mantiene la exclusión de las mujeres del diaconado, la recomendación de continuar el estudio del tema indica que el debate sigue abierto dentro de la Iglesia.
