Ilona Kazik, una mujer de 32 años residente en el Reino Unido, falleció trágicamente apenas 11 días después de dar a luz a su primer hijo, Anthony. A pesar de haber acudido dos veces al hospital durante el embarazo por fuertes dolores de cabeza, los médicos le aseguraron que no había motivo de preocupación y le recetaron paracetamol antes de enviarla de vuelta a casa.
El parto fue planificado y aparentemente sin complicaciones. Sin embargo, horas después del nacimiento del bebé, Ilona se desmayó y fue ingresada de urgencia. Los médicos diagnosticaron una hemorragia cerebral, que resultó ser fatal. Nunca llegó a sostener a su hijo en brazos.
Su esposo, Rafal Kazik, ahora se enfrenta al dolor de criar solo a Anthony mientras busca respuestas sobre la atención médica que recibió su esposa. Rafal ha declarado que los síntomas de Ilona fueron minimizados por los profesionales de salud, pese a que ella insistía en que los dolores eran intensos y persistentes.
La muerte de Ilona ha generado una ola de conmoción y ha abierto un debate sobre la manera en que se abordan los síntomas neurológicos en mujeres embarazadas. Especialistas advierten que dolores de cabeza severos durante la gestación pueden ser señales de afecciones graves, como en este caso, una hemorragia cerebral, que puede ser mortal si no se trata a tiempo.
La familia Kazik exige ahora justicia y una investigación sobre lo ocurrido, mientras amigos y allegados se movilizan para apoyar a Rafal y al pequeño Anthony en este difícil momento.
