
Cara a cara: tensión creciente entre Nicolás Maduro y Donald Trump por el control del petróleo venezolano. (Foto: Instagram)
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha acusado al gobierno de Donald Trump de intentar apropiarse de las vastas reservas petrolíferas del país bajo el pretexto de luchar contra el narcotráfico. En una carta dirigida a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Maduro denunció formalmente que Estados Unidos planea utilizar fuerza militar letal contra Venezuela para tomar el control de sus recursos naturales, los más grandes del mundo en cuanto a petróleo.
El líder venezolano solicitó apoyo a la OPEP para frenar lo que califica como una “agresión” que no solo amenaza la soberanía de su gobierno, sino también la estabilidad del mercado energético internacional. Esta declaración se produce un día después de que el presidente Donald Trump anunciase el cierre total del espacio aéreo venezolano, lo que ha sido interpretado como una preparación para una posible intervención militar por aire y tierra.
La tensión ha aumentado en la región debido a la intensificación de la presencia militar estadounidense en América Latina y el Caribe. Actualmente, marines, cazas y buques de guerra de Estados Unidos operan en la zona, donde se han registrado bombardeos a unas 22 embarcaciones en aguas del Caribe y del Pacífico, presuntamente vinculadas al narcotráfico. Sin embargo, el Pentágono aún no ha presentado pruebas concretas que respalden estas acusaciones.
Washington ha señalado a Maduro como el líder del cartel de Los Soles, recientemente clasificado como organización terrorista por la administración Trump. Como parte de su estrategia militar, Estados Unidos ha lanzado la operación “Lanza del Sur”, cuyo objetivo declarado es combatir a los carteles de droga en la región, incluyendo a Los Soles. Trump ha advertido que ataques directos sobre territorio venezolano podrían tener lugar en un futuro próximo.
La creciente tensión entre Caracas y Washington amenaza con desestabilizar aún más la región, mientras Maduro busca apoyo internacional para frenar lo que considera una invasión encubierta con fines geoestratégicos y económicos.


