Kirill Tereshin, un joven ruso de 29 años conocido en redes sociales como el “Popeye Ruso”, ha vuelto a ser noticia internacional tras enfrentar graves complicaciones de salud causadas por una práctica extrema: inyectarse vaselina líquida y otras sustancias en los bíceps para aumentar su volumen muscular de forma artificial.
Desde 2017, Tereshin ha utilizado aproximadamente tres litros de esta mezcla en sus brazos, con el objetivo de llamar la atención, especialmente del público femenino. Aunque los efectos visuales fueron inmediatos, las consecuencias médicas han sido devastadoras. El endurecimiento del producto bloqueó la circulación sanguínea, provocando necrosis en los tejidos musculares.
A medida que su estado empeoraba, los médicos se vieron obligados a realizar múltiples cirugías para extraer las zonas afectadas. Sin embargo, el material inyectado continuó propagándose, lo que agravó aún más su condición. Según medios rusos, existe un riesgo inminente de que Tereshin pierda ambos brazos debido a una infección severa que avanza rápidamente y que impide que se le realicen injertos de piel necesarios para su recuperación.
En caso de que su estado clínico mejore, un equipo multidisciplinar de cirujanos vasculares y plásticos será movilizado con la esperanza de salvar sus extremidades. El plan médico incluye reducir el volumen de los brazos y eliminar la mayor cantidad posible de la sustancia solidificada.
Además de la vaselina líquida, se sospecha que utilizó mezclas caseras no reguladas para potenciar aún más el tamaño de sus músculos, lo que incrementó considerablemente los riesgos. En publicaciones recientes en redes sociales, Tereshin ha mostrado sus brazos completamente vendados y ha declarado que se someterá a una cirugía para retirar los bíceps, reconociendo públicamente que cometió un grave error.
Su estado de salud sigue siendo inestable y está siendo monitoreado de cerca por profesionales médicos, quienes intentan evitar una amputación definitiva.


