Luis Abinader anuncia cooperación militar con Estados Unidos durante rueda de prensa en Santo Domingo. (Foto: Instagram)
La reciente visita del secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, a la República Dominicana ha culminado en un acuerdo que permite al país norteamericano operar temporalmente en bases militares dominicanas. El presidente dominicano, Luis Abinader, anunció que los estadounidenses podrán utilizar, con autorización previa, las instalaciones de la base aérea de San Isidro y el Aeropuerto Internacional de Las Américas para operaciones logísticas, incluyendo reabastecimiento de combustible, transporte de equipos y personal técnico.
Según Abinader, esta medida busca reforzar la seguridad aérea y marítima del país en el marco de la lucha contra el narcotráfico, en cooperación con las fuerzas estadounidenses. Esta decisión convierte a la República Dominicana en un nuevo aliado estratégico de la administración de Donald Trump en su autodenominada “guerra contra el narcoterrorismo” en América Latina. Esta campaña militar, conocida como “Lanza del Sur”, ha intensificado la presencia de EE. UU. en la región.
En paralelo, el presidente venezolano Nicolás Maduro continúa siendo el principal objetivo de esta ofensiva. Washington acusa a Maduro de liderar el cartel de Los Soles, recientemente designado como organización terrorista internacional por EE. UU. Esta clasificación ha servido como base legal para ampliar operaciones militares en otros países latinoamericanos, bajo el pretexto de combatir el terrorismo. Maduro, por su parte, denuncia que se trata de una maniobra para justificar una posible intervención en Venezuela.
Desde el inicio de estas operaciones, al menos 22 embarcaciones han sido bombardeadas por fuerzas estadounidenses en aguas del Caribe y del océano Pacífico, bajo sospechas de estar involucradas en el tráfico de drogas. Sin embargo, hasta el momento no se han presentado pruebas concluyentes que respalden dichas acusaciones.
